Los chilenos cada vez estamos siendo más miserables como personas, enriqueciéndonos con cosas materiales, pero opacando nuestro lado humano, nuestra moral esta pasando a segundo plano, siendo de menor importancia, con tal de satisfacer nuestra felicidad que idealizamos. Nos estamos dejando llevar por la macromoral, que es analógica al concepto de macroeconomía.
Nosotros los chilenos nos hemos olvidado de nuestros orígenes, no valoramos nuestra cultura, ya que queremos ser mejores y nos avergonzamos de ella, a tal punto de querer dejar atrás aquella identidad.
Los chilenos tenemos como prioridad un pensamiento macromoralista, ya que hemos perdido lo humano, no importa lo que hagamos con tal de conseguir y satisfacer lo que queremos.
Dejamos atrás nuestras raíces, cultura e identidad chilena, estamos siendo cada vez más arrogantes, discriminatorios, maldadosos y prejuiciosos. Buscamos en otras culturas ser lo que no somos, rompiendo con nuestra identidad propia.
Estamos siendo ambiciosos, porque creemos que lo primero para alcanzar la felicidad es el dinero y con este adquirir nuevos bienes materiales que no necesariamente satisfacen nuestras necesidades básicas, ya que contra mayores cosas obtengamos más superiores y felices nos sentimos. Somos realmente consumistas e idealistas, los mall son nuestra debilidad y principal fuente de consumo, este se ha hecho parte de nuestro diario vivir, como algo normal ante la sociedad.
A medida que pasa el tiempo los orígenes van quedando mucho mas atrás y casi en el olvido, por que a medida que avanzamos tecnológicamente, laboralmente, socialmente, etc. nuestro origen queda en un segundo plano, pasando hacer ignorado, reprochado y principalmente deja de ser importante para nosotros, ya que pensamos que no nos sirve ni tampoco nos satisface de ningún punto de vista económico o social que es a lo que mas aspiramos o priorizamos.
Como la cita presente en el libro “El consumo me consume” del autor Tomas Moulian, “los bienes justifican los medios”, los chilenos hemos llegado a un punto tan mísero, que por el solo hecho de querer satisfacer nuestros deseos y placeres, hacemos cosas inhumanas con tal de conseguir lo que queremos, no importa donde ni cuando realicemos aquello, ya hemos perdido la moral, nuestros valores cada vez están mas basureados, estamos en un circulo vicioso del cual no podemos salir, cada vez entramos más en el, el consumismo y la macromoral. Somos “arribistas y exhibicionistas” como también se plantea el texto de Moulian; arribistas, ya que demostramos algo que no somos, imitamos grandes marcas solo para aparentar, compramos con tarjetas de crédito, siendo que no tenemos como pagar, y exhibicionistas por que nos gusta mostrar nuestros bienes materiales, lucirlos solo para sentirnos mejores, pero ¿donde quedan los valores?, ¿esto nos hará mejores personas? Preguntas como estas son las que los chilenos debieran hacerse para tomar conciencia y poder cambiar nuestro pensamiento tomando una actitud mas humana y mas sencilla, con respecto a nuestros actos.
Nos hemos olvidado de nuestras raíces por completo, vemos a alguien indígena y nos burlamos, discriminamos y prejuiciamos, ¿será acaso que nuestras raíces no están en ellos?, claro que nos hemos olvidados de nuestros orígenes, el texto llamado “El arraigo”, dice “nuestra identidad este marcada por la existencia de una tensión y equilibrio entre el factor de permanencia y un factor de cambio”. Muy buen objetivo tiene el arraigo, de proponer mantener nuestras raíces y costumbres, pero a la vez aceptar el cambio y aprender de nuevas y diversas culturas. De esta manera mantendremos un equilibrio y no perderemos nuestra propia identidad chilena que es la que nos caracteriza.
Valesca Cerda Saavedra
Viviana Gutiérrez Ojeda
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